lunes, 24 de octubre de 2011

Un nuevo depósito




Siguiendo con el tema del pozo de la misión, subo aquí las dos fotografías, de los depósitos de agua que teníamos en la misión de Gobó cuando yo llegué allí en 1976, que eran dos bidones de 200 litros subidos en un árbol, y que había que llenar todos los días por la mañana y por la tarde para poder atender al consumo de agua del hospital y de las casas de las religiosas y de los misioneros; y el nuevo que instalamos, a principios de 1977, sobre unos pilares de hormigón, de 2000 litros de capacidad y que con la nueva bomba manual se subía directamente el agua desde el pozo hasta el depósito. Todo ello fue gracias a la ayuda económica de los cristianos del Canadá que colaboraron con las misioneras de la Caridad de Montreal que llevaban el hospital de Gobó. También se pudo realizar con la colaboración del P. Bernard Bonzyck, polaco, misionero oblato de María Inmaculada que estaba en la misión de Daná, a unos 30 kilómetros de Gobó, y que era un "manitas" para estas cosas de la construcción. Ahí lo vemos subido al depósito instalando los tubos para el agua. Recuerdo el trabajo que nos costó subir el depósito a la plataforma de cemento, pues sólo disponíamos de una escalera, cuerdas y maderas, y sobre todo fuerza humana de varios hombres, pues la cuestión de tener una grúa era impensable. Al fondo vemos la iglesia, un local muy simple que solo estaba bajo techo el altar, pues la gente tenía que permanecer al aire libre y bajo unos chamizos de caña para defenderse del tórrido sol de la sabana camerunesa.

miércoles, 12 de octubre de 2011

El pozo de la misión



La misión de Gobó tenía un pozo que había construido el P. Jean Savoie, junto a la iglesia y en el centro del terreno de la misión, a casi igual distancia del dispensario médico y de las casitas de adobe de las hermanas y de los padres. Pero no teníamos una bomba para sacar el agua. Por eso todos los días por la mañana y por la tarde un joven empleado tenía que sacar el agua del pozo con un cubo, que tenía una profundidad de unos 16-18 metros, y luego con una pequeña bomba manual subirla a unos bidones que servían de depósito colocados en lo alto de un árbol, y desde allí el agua iba canalizada por una tubería hasta el dispensario y nuestras casitas. (Ver el post de 2009: "los depósitos de agua"). En enero de 1977 con una ayuda que las misioneras de la Caridad de Montreal habían recibido de Canadá compramos una bomba manual más potente, que introduciendo los tubos dentro del pozo podía subir el agua hasta los nuevos depósitos, para los que también construimos unos buenos y altos pilares para que el agua bajara con más presión y llegara con más fuerza, tanto al dispensario como a nuestras casitas.
Como ya no se iba a sacar el agua del pozo a base de cubos, y como teníamos que colocar la nueva bomba sobre el pozo, tuvimos que cortar el brocal de cemento, y tapar la boca del pozo con cemento armado que allí mismo hicimos para poner la bomba sobre él. ¡Qué adelanto de la técnica! Era el primer pozo de la región con una bomba manual para sacar el agua.