martes, 23 de junio de 2015

La plaga de langostas


Recuerdo de pequeño cuando en la catequesis me hablaron de las plagas de Egipto que Dios envió contra el Faraón para que dejara salir a Moisés con su pueblo Israel y fuera un pueblo libre, de la plaga de langostas que yo ni me la imaginaba, pues todos los veranos veía saltamontes o langostas por mi tierra extremeña, que a veces iba a cogerlos para darle comida a los cernícalos que teníamos en una jaula. Pero años después en el norte de Camerún supe lo que era una plaga de langostas del desierto, que aunque duraba sólo unos días suponía una gran devastación para la agricultura, los campos de cultivo y las cosechas; con las terribles consecuencias de la hambruna para una gran región por donde pasaban. Eran millones de insectos herbívoros que caían de repente sobre los campos de cultivo, sobre todo de los cereales como el mijo o el sorgo y que devoraban todo, no pudiéndose hacer nada para impedirlo. Esta plaga llegó a finales de noviembre de 1979, y gracias a Dios por esa fecha ya estaban los campos de mijo cosechado, pero arrasaron con todo lo que estaba verde. Lo único positivo de una plaga así era que la gente salía a cogerlas para luego freirlas y comerlas, aunque creo no eran muy digestivas pues si comían muchas les producía malestar de estómago y diarreas.
El texto del Éxodo dice lo siguiente: "La langosta invadió todo el país de Egipto, y se posó en todo el territorio egipcio, en cantidad tan grande como nunca había habido antes tal plaga de langosta ni la habría después. Cubrieron toda la superficie del país, hasta oscurecer la tierra; comieron toda la hierba del país y todos los frutos de los árboles que el granizo había dejado; no quedó nada verde ni en los árboles ni en las hierbas del campo en toda la tierra de Egipto." Ex.10,14-15.

sábado, 13 de junio de 2015

El ramadán y la oración

En la foto vemos a esos niños sentados en la arena preparándose para el comienzo de la oración en la fiesta del fin del ramadán en el norte de Camerún. El ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes, es uno de los pilares esenciales del Islam. Ya he escrito sobre esto en otros artículos: "el fin del Ramadán", "fiesta musulmana Id-al-Adha", y "musulmanes en oración". Otro de los pilares básicos del Islam es la oración. La oración o plegaria musulmana se realiza cinco veces al día: al alba, antes de la salida del sol, al mediodía, por la tarde, después de la puesta del sol y por la noche. Los musulmanes cuando hacen la oración se ponen mirando hacia la Meca, hacen las abluciones rituales lavándose la cara, cabeza, manos y pies y a falta de agua como sucedía muchas veces en el norte del Camerún y en zonas del Sahel o del desierto, se hacen las abluciones con arena. Hay que estar descalzos y normalmente se hace sobre una esterilla, alfombra o un trozo de tela. Se recitan versículos del Corán, el libro sagrado del Islam, y formulas esteriotipadas de oración, acompañado de gestos con las manos e inclinaciones del cuerpo, inclinándose hasta tocar  con la cabeza el suelo. No se necesita ir a la mezquita para hacer la oración, por lo que es normal ver en plazas, jardines, calles e incluso al borde de la carretera a gente haciendo la oración correspondiente a ciertas horas del día.