viernes, 6 de julio de 2018

El granero del mijo


El granero para almacenar el mijo y otros cereales no puede faltar en la casa de los campesinos de la región norte del Camerún. Yo diría que es incluso más importante que las otras construcciones de una familia rural. Suele estar situado en el centro del terreno donde mora la familia, o cercano a la casa de la mujer, pues es ella la que todos los días sube al granero para coger los granos de mijo, o del fonio o las mazurcas de maíz para preparar los alimentos del día para toda la familia. Aunque la mujer es la dueña del granero y la que se ocupa de que no falte el alimento para todo el año; sin embargo es el hombre el que lo construye. Primero hay que ir al bosque y cortar unos buenos troncos de árboles, resistentes a las termitas para clavarlos en tierra y que sean como los pies o pilares del granero. Tiene que estar separado de la tierra para evitar la humedad, las termitas y otros animales. Luego sobre una base de troncos se hace una capa de adobe y poco a poco a base de arcilla, de tierra mezclada con agua y paja, se va haciendo la pared del granero. Es un trabajo lento de muchos días pues hay que dejar que el sol seque la masa de arcilla que poco a poco va haciendo que suba el muro. Me recordaba el trabajo de las golondrinas para hacer su nido de barro. De ahí el proverbio africano: "no se hace un granero en un solo día", que recuerda al dicho español: "no se ganó Zamora en una hora".