domingo, 6 de junio de 2010

Fiesta del Año Nuevo

Acabada la eucaristía celebrada a la sombra de un gran árbol, comenzó la fiesta, o mejor continuó la fiesta, pues durante toda la Eucaristía no pararon de sonar los tambores, la música y la danza; las jóvenes museys lucían sus mejores paños, estrenaban los vestidos comprados en el mercado de Gobó, y se sentían orgullosas de llevar sobre sus pechos las medallas de catecúmenas que se preparaban para recibir el bautismo en la próxima Pascua, o las cruces de las que ya eran cristianas.
Por otra parte, cerca de allí, las fulinas y el jefe tribal, Mulna, también habían acabado sus ritos de la Vun tilla, y sus adeptos después del sacrificio de los pollos y cabritos, se unían a la multitud en fiesta para pasar el día cantando y danzando hasta la llegada de la noche, el momento importante de ver la vun tilla, la luna nueva del nuevo año.