lunes, 28 de mayo de 2012

Casa nueva

En la estación seca es el tiempo apropiado para hacer las casas o reparar las que han sido deterioradas en la estación de lluvias. Es también cuando se corta la yerba seca apropiada para hacer los techos de paja. En la misión de Gobó cuando yo llegué en 1976 las casas de los misioneros y de la enfermera seglar que allí estaba eran simples chozas de barro y paja, y con los años y las lluvias algunas se habían deteriorado, entraba agua, y las termitas habían minado las paredes de barro. Así que decidí caer las chozas que utilizábamos como sala-comedor y como cocina y construir dos nuevas chozas más modernas, es decir hicimos los cimientos y suelo de cemento, las paredes redondas de ladrillos de adobe secados al sol, pero reforzados con una malla de alambres y revestidos de cemento, y para el techo utilizamos madera de carpintería y aros de hierro, en vez de simples troncos de árboles atados con cuerdas; el resultado fueron dos casitas sencillas pero habitables con puerta y ventanas, e incluso una ducha, imitando al estilo tradicional de la zona, pero más frescas que si fueran en ladrillos y con tejados de chapa y por cierto bastante resistentes, pues por el google earth puedo ver que 36 años después todavía existen.

jueves, 10 de mayo de 2012

Aldea en llamas

Una mañana del mes de marzo de 1977, en plena estación seca, estando yo en casa, escuché un gran griterío de la gente que esperaban a la entrada del dispensario de la misión, y de otras casas vecinas, me asomé para ver lo que pasaba y ví una gran humareda que salía del centro de la aldea de Gobó. Rápidamente salí de casa y cogí mi máquina de fotos que me habían regalado mis hermanos el día de mi ordenación sacerdotal. Pensé que la cosa era muy seria y grave pues se veían las llamas por encima de las casas y sobre todo porque el material de las chozas de palos y yerba seca era por sí mismo fácil pasto de las llamas, y además no poder contar con el agua para apagar el fuego.

 

Según me acerqué al lugar del suceso pude comprobar que el fuego se había producido en el mercado, un lugar amplio y despejado que facilitó el que no pasara a otras casas vecinas. 

 Por otra parte la afluencia de personas que rápidamente apartaron los "sekos" que servían como cobertizo para los tenderetes del mercado, y como vallas de separación de otras casas vecinas hizo que el fuego no pasara a otras casas. Al ser de día nadie estaba dentro de las casas, por lo que gracias a Dios nadie sufrió ningún daño, no hubo quemados ni heridos, pero si daños materiales.
A algún vecino se le quemó la casa con los pocos enseres que en ella tenía, a otros comerciantes el tenderete de ropas que no pudieron salvar del fuego y a la mayoría de personas que vimos la aldea en llamas se nos quedó un buen susto y unas imágenes para el recuerdo.
Por cierto con el google earth al lado derecho del blog se puede ver la misión de Gobó, y calle abajo hacia el sur se aprecia la plaza del mercado donde se produjo el fuego.