martes, 15 de julio de 2014

Matanza de elefantes


Era el último día del año 1978, al acabar la celebración de la Eucaristía en la aldea de Dom Pya, se me acercaron unos jóvenes para decirme que no lejos de allí unos soldados habían matado un elefante, que junto con otros habían atravesado el Logone procedentes del Chad, y que los llevara en la camioneta para participar también ellos de la matanza. Marché con ellos y con Lilianne Pellegrin, la enfermera francesa de la misión de Gobó, y cuando llegamos al lugar de la matanza ya solo quedaban los despojos del animal; los soldados se habían llevado los colmillos de marfil que era lo que les interesaba, y la gente de las aldeas vecinas se disputaban como rapiñas la carne del animal para llevarsela a casa y comerla con sus hijos.
En la zona del Logone en Camerún era difícil ver elefantes, además estaba completamente prohibida su caza, pero sí los había en el Chad, y en la estación seca cuando bajaba el nivel del río alguna vez atravesaban al Camerún.
El Chad estaba en guerra civil desde hacía años. En 1975 el coronel Kamougué dió un golpe de estado y asesinó al presidente Tombalbaye, y el general Félix Malloum se hizo con el poder desde 1975 a 1979. Pero había otros grupos rebeldes como el de Goukouni que estaba apoyado por Gadafi desde Libia y que se había apoderado del norte del país. Otro grupo rebelde era el de Hissié Habré que llegó a pactar con Malloum para subir al poder. Era una situación de guerra civil donde mandaban las armas, y la ley era la del más fuerte; por eso no es de extrañar que los soldados armados robaran en las aldeas, se dedicaran al tráfico de marfil, violaran o cometieran cualquier tipo de delito.

domingo, 6 de julio de 2014

Primera ordenación en Yagoua


A los pocos días de mi regreso al Camerún, el 30 de diciembre de 1978, iba a participar en un gran acontecimiento para la diócesis de Yagoua, justamente cinco años después de haber sido creada como tal por el Papa Pablo VI, era la primera ordenación sacerdotal de un seminarista nativo de la diócesis, la de Jean Pagou, y que no pudo hacerla monseñor Luis Charpenet, el primer obispo de la diócesis pues había fallecido un año antes. Todavía Roma no había nombrado al nuevo obispo diocesano y era el P. Philippe Alin como vicario general el encargado de regir la diócesis, hasta la llegada del nuevo obispo, Christian Tumi, que sería nombrado el 22 de diciembre del año siguiente, 1979, por el Papa Juan Pablo II. Por consiguiente la ordenación sacerdotal de Jean Pagou corrió a cargo de monseñor Jean Pasquier, entonces obispo auxiliar de Garoua. Fue una hermosa ceremonia en el exterior de la catedral de santa Ana, bajo un gran toldo de sacos y bajo la arboleda que daba sombra a la multitud de gente que se congregó para tan gran acontecimiento. Era el primer sacerdote nativo de la diócesis, el cien por cien del clero éramos misioneros europeos. La diócesis de Yagoua contaba ya con cuatro diáconos permanentes, hombres casados y con familia, entre ellos estaba Michel Djobtoussia, que justamente cuarenta años antes, en Navidad de 1938, recibía el bautismo en el primer grupo de cristianos que se bautizaban en Yagoua, y que participó en la celebración con una profunda alegría viendo los frutos primeros de esa iglesia misionera. Hoy día la semilla del evangelio sembrada en Yagoua, ha crecido y se ha hecho un árbol con grandes ramas. El clero es mayoritariamente nativo, hay una cincuentena de sacerdotes, como así mismo los religiosos y religiosas, se han creado nuevas parroquias, ha crecido el número de cristianos y el evangelio se ha ido inculturando y enraizando en la tierra de Yagoua. Al terminar la celebración de la Eucaristía todos nos acercamos a la tumba del primer obispo diocesano monseñor Luis Charpenet para que desde el cielo intercediera a Dios por la iglesia diocesana de Yagoua.