viernes, 27 de mayo de 2011

La prometida




No recuerdo su nombre, pues han pasado ya 34 años, pero si me acuerdo que esta chica adolescente vino a hablarme porque su padre la había prometido en matrimonio a un hombre mucho mayor que ella. No era una princesa prometida, pero si era una de las pocas chicas que se expresaba bien en francés, pues asistía regularmente a la escuela de Gobó.


Era normal entre los Museys, como en gran parte de África, que el matrimonio era concertado por los padres de las jóvenes que iban a casarse. Para concertar un matrimonio había que pagar la dote a los padres de la novia. Normalmente estaba establecida la dote en una decena de vacas. A veces variaba según el interés de ambas familias. Otras veces si no había vacas suficientes podía entrar en la dote otros animales, como novillos, becerros, caballos, ovejas, y hasta bicicleta, dinero en especie, ropas, etc...


La dote era muy importante para la unión de las familias y la estabilidad del matrimonio. Pues en caso de ruptura del compromiso matrimonial, la familia de la novia tenía que devolver la dote recibida a la familia del novio, y eso era muy difícil, por lo que los propios padres de la novia vigilaban y aconsejaban por la estabilidad del matrimonio. Pero también acontecía que los chicos jóvenes no tenían capital suficiente para poder pagar la dote, por lo que tenían que pasar varios años de trabajo para poder casarse. En cambio personas mayores que tenían ganado en abundancia les era fácil adquirir una segunda mujer, incluso una tercera o una cuarta mujer, pues existía la poligamia. Y a veces chicas muy jóvenes se veían casadas con un hombre mayor polígamo, siendo la tercera o cuarta mujer de dicho hombre, además de no ser bien recibida por las otras mujeres.

martes, 10 de mayo de 2011

Los primeros cristianos


En 1976 llegué a la misión de Gobó, que había fundado dos años antes el P. Savoie, pero los primeros cristianos Museys habían sido bautizados una década antes, cuando aún no existía la misión como tal y era atendida la zona desde la misión de Djougoumta por los misioneros espiritanos. De ese primer grupo de cristianos Museys que podemos considerar como los fundamentos de la misión, tenemos aquí en la fotografía de la Navidad de 1976 a tres de ellos. Son:


- Jean-Baptiste Ngoursan, primer catequista y hombre de confianza de los primeros misioneros, que se hospedaban en su casa antes de crearse la misión de Gobó, y al que se le encargó el molino de la misión, que fue la primera construcción que se hizo en la misión, y el comienzo de las actividades sociales de la iglesia.


- Marc Hlamma, joven abierto al progreso y con visión del futuro, que se dedicó al comercio, actividad que estaba casi exclusivamente en mano de los Fulbés, y que le iba bien, pues ya en aquel tiempo destacaba por su manera de vestir, su casa, incluso su motocicleta en medio de un pueblo en el que prácticamente no había vehículos.


- François Diguina, también catequista de la zona de Dom, que se mantuvo como tal durante los años que yo estuve en Gobó, y que me recibiría en su casa durante los meses de la estación de lluvias de 1977 para estar yo más cerca de la gente y así aprender la lengua Musey.


A ellos y otras varias personas que fueron los primeros catecúmenos y cristianos Museys de Gobó se les puede considerar hoy día, que aún no se han cumplido los 50 años de evangelización, los fundamentos y pilares de la iglesia católica de Gobó.