sábado, 23 de marzo de 2013

Tumba Musey

Cuando uno se desplaza por la región de los Museys, tanto en el "pico de pato" del norte de Camerún, como en el Chad, podrá ver en muchas aldeas, e incluso en medio del campo, unos grandes túmulos que llaman la atención por su originalidad, son las tumbas de hombres importantes para los Museys.
Encima de la fosa donde se ha enterrado al difunto se clavan en tierra un montón de troncos de árboles que simbolizan el poder, riqueza y valentía del difunto, pues sólo para los que se han distinguido por el mando, la valentía en la guerra contra sus enemigos, la lucha contra los animales salvajes, o por sus riquezas en ganado, vacas y tener muchos hijos, se les hace esos túmulos tan originales.
Como ya escribí en un post anterior, "la muerte de un polígamo", sobre los troncos de la tumba se cuelgan las ropas, utensilios, vasijas, calabazas, herramientas, etc.. que el difunto utilizó en vida, y que solo con el paso del tiempo, el viento y las lluvias terminarán por desaparecer de la tumba, pero que nadie se atreverá a tocar, por ser posesión del muerto. 

sábado, 9 de marzo de 2013

La vivienda Musey

Los Museys del norte del Camerún, como los del Chad, y como otros muchos pueblos de África en el medio rural construyen sus viviendas con los materiales que le ofrece la naturaleza, en este caso con arcilla o barro para los muros de las casas y troncos de árboles y paja seca para los techos, pies de los graneros y empalizadas que circundan las casas. El joven musey cuando contrae matrimonio se independiza de sus padres y construye su nuevo hogar, dando razón al dicho de que "el casado casa quiere". La vivienda de la joven pareja, como podemos apreciar en la fotografía, es muy simple: una casa redonda de barro y techo de paja para el hombre, donde tendrá una cama de troncos de árboles con una simple estera de paja, una cuerda atada a los palos del techo en donde colgará algún pantalón y camisas y otras ropas; los utensilios para trabajar el campo o para la caza y algunas otras posesiones. La mujer tendrá su propia casa, igualmente con una cama y utensilios para el hogar; esta casa suele estar unida a otra choza que sirve de cocina donde encenderá el fuego para preparar los alimentos, tendrá la piedra para moler el grano, los cántaros de agua fresca para beber, ollas, cubos y demás utensilios del hogar. Si tienen animales de corral: gallinas, patos, pintadas, cabras y ovejas, durante el día estarán libres por el campo, pero por la noche se recogerán en la casa de la mujer. Además en cualquier vivienda es imprescindible tener el granero, que se suele construir en medio del corral sobre unos troncos de madera separado del suelo para que las termitas, ratones y otros animales no puedan acceder al grano que se guarda dentro. Cuando la familia crece con el nacimiento de los hijos, o cuando el marido toma una segunda o más mujeres, también el recinto familiar va creciendo con nuevas chozas y nuevos graneros. Y rodeando todas las viviendas de la familia se hace una empalizada de palos y yerba seca, una sebe, llamado en fufuldé el "séko", que sirve para no estar a la vista de todos el interior de la vivienda familiar, y para tener los animales sueltos.