martes, 30 de junio de 2009

Visita pastoral


Tres meses después de comenzar mi trabajo misionero en Gobó, recibí la visita de nuestro obispo, monseñor Luís Charpenet, que fue a interesarse por mi adaptación a mi nueva misión, a darme ánimos en la labor misionera y conocer el trabajo de las hermanas en el hospital. Recuerdo que fue a finales de junio cuando el calor aprieta fuerte en el norte del Camerún. Quiso visitar también algunas aldeas y lo acompañé hasta Dom Pya. Allí los niños le hicieron un gran recibimiento con canciones y danzas, música y alegría porque les visitaba el pastor diocesano.


Monseñor Luis Charpenet, oblato de María Inmaculada era el primer obispo de Yagoua. Fue de los primeros misioneros oblatos que evangelizaron la región de Yagoua en Camerún, y la de Pala en el Chad. El 11 de marzo de 1968 cuando se creó la Prefectura Apostólica de Yagoua él fue nombrado por el Papa Pablo VI prefecto apostólico, y cuando el mismo Papa creó la diócesis de Yagoua el 29 de enero de 1973, monseñor Charpenet fue nombrado obispo. Fue monseñor Charpenet quien me incardinó a la diócesis de Yagoua, puesto que yo no había hecho todavía los votos perpetuos y para mi ordenación sacerdotal tenía que estar incardinado a una diócesis. Por lo que yo era el primer sacerdote de la diócesis de Yagoua. Hoy día la diócesis tiene unos 50 sacerdotes, y la pastorea su quinto obispo. Monseñor Charpenet murió joven el 5 de diciembre de 1977, año y medio después de esta visita pastoral a la misión de Gobó.

lunes, 15 de junio de 2009

Tambor africano


Cualquiera que haya viajado por algún país africano y visitado los pueblos y aldeas, recordará siempre el sonido del tambor, o del tam tam, pues es un instrumento musical muy simple y que está en todas partes. Ya desde pequeños los niños aprenden a tocarlo en sus juegos y danzas, imitando a los adultos. A ritmo del tambor se celebran las fiestas, se canta y danza. Pero también el tam tam marca otros ritmos. Avisa cuando hay alguna muerte. Congrega al pueblo para ciertos acontecimientos. Es la voz que se oye desde lejos, y que según el tipo de tambor, el ritmo, y la forma de tocarlo nos habla de fiesta, de alegría o de muerte. Entre los Museys del Camerún hay varios tipos de tambor. "Darida" el pequeño tambor que vemos en la fotografía, hecho de madera, y con dos membranas de piel de cabra, en la de arriba se bate con un palo curvo adecuado, y en la de abajo con la mano izquierda. Se utiliza normalmente para la fiesta y la danza, y se lleva colgado del cuello. "Timma" el gran tambor de la muerte, de casi un metro de diámetro hecho con piel de vaca, y que se puede escuchar a larga distancia. Se percute con unas baquetas propias para ese tambor. "Tininga" es un tambor alto, de pie, es decir está apoyado en el suelo, de un metro de altura, con una sola membrana de piel de cabra, que se toca con las dos manos, y se utiliza tanto para la fiesta como para la muerte.


lunes, 8 de junio de 2009

Tradición y progreso

En enero escribí ya sobre el "gourouna massá", la institución de jóvenes que se reúnen para guardar y cuidar de las vacas en un lugar de la sabana, fuera de la población, y que dedican el tiempo a alimentarse de la leche de vaca, comer bien, danzar y entrenarse para las competiciones de lucha. Viven en el campo, cuidando el ganado, ellos solos. Las mujeres no pueden acceder al campamento. Están en el campo desnudos o casi desnudos, se untan el cuerpo de aceite, de leche y de una arcilla ocre. Tradicionalmente llevaban una piel de cabra colgada de la cintura que sólo les cubría las nalgas. A menudo se les ve en los poblados, con motivo del mercado, y sobre todo cuando se juntan para mostrar sus danzas, o competir en la lucha. La fotografía está tomada en junio de 1976 en Gobó; llevan la piel de cabra tradicional, pero sobre los calzoncillos, y como signo de modernidad y progreso las gafas de sol.


lunes, 1 de junio de 2009

Pequeño artesano

Los museys son esencialmente agricultores y ganaderos. Viven del cultivo del campo y de los pequeños rebaños de ganado vacuno, ovino y caprino. Pero también son excelentes artesanos. Elaboran los instrumentos necesarios para llevar a cabo sus trabajos agrícolas y fabrican las herramientas que necesitan artesanalmente. Entre los artesanos están los herreros, alfareros, carpinteros, tejedores, etc. unos son oficios de hombres y otros de mujeres. Pero todos hacen su trabajo con unos medios muy rudimentarios y simples. En la foto vemos a un aprendiz de carpintero fabricando un mango de azada. Le sirve como banco de carpintería el mortero donde las mujeres pilan el mijo con el majadero. Y usa para su labor una azuela que él mismo ha fabricado. Primero ha tenido que ir al bosque a cortar una rama de árbol apropiada por su forma para tallar el mango de la azada. Luego en un lento trabajo va sacando las virutas para hacer el mango liso y sin nudos, y finalmente hace la forma del pico donde se incrustará el zacho de hierro que ha fabricado el herrero. Hay diferentes aperos de labranza. Básicamente existen tres tipos de azadas: kawira, gayna y bananga, según se utilice para desbrozar la tierra, cavar o arar. La bananga era el zacho mayor y servía de vertedera para hacer los surcos, al no tener arados, para los campos de algodón. Todas ellas son pequeñas, de unos 40-60 centímetros, lo que obliga a trabajar la tierra completamente curvado. Y las mujeres además llevan a su bebé en las espaldas.