jueves, 19 de enero de 2017

El mes de la fe


A finales de julio de 1980, en plena estación de lluvias en el norte de Camerún, me ponía en camino por rutas intransitables debido al agua, el lodo, el barro, con arroyos y ríos desbordados, y así centenares de kilómetros hasta llegar a Ngaunderé donde tomaríamos el tren hasta Yaoundé. Allí iba a participar durante todo el mes de agosto en el "mes de la fe", juntamente con otros misioneros extranjeros, religiosas nativas, catequistas y laicos cameruneses, en total unas cincuenta personas. No eran unos Ejercicios Espirituales de estilo jesuítico, sino un mes de estudio, reflexión y convivencia con personas muy variadas y comprometidas con el anuncio del Evangelio. Lo dirigía el P. Jacques Loew, dominico francés, y el P. Yves Saoût que entonces era formador en el seminario de Maroua y párroco de una misión en el norte de Camerún, donde estuvo 15 años.
Jacques Loew había fundado en 1968 "L'école de la foi" en Friburgo (Suiza), para formar cristianos que fueran testigos del amor fraterno en sus vidas y para que anunciaran el evangelio con sencillez. Jacques, nacido en 1908, pertenecía a una familia acomodada de Francia, y en su juventud gozó del dinero y de los placeres abundantemente. Estaba alejado de Dios, se declaraba ateo. A los 24 años tiene una tuberculosis y entra en un sanatorio en Suiza para tratarse. Allí en la soledad reflexiona sobre la vida y descubre a Dios. Siendo abogado, a los 27 años se hace dominico y es ordenado sacerdote en 1939. En 1941 es de los primeros curas obreros que trabaja durante 12 años como cargador en el muelle de Marsella. En 1955 funda la Misión Obrera de San Pedro y San Pablo para la evangelización en el mundo obrero. En 1970 el Papa Pablo VI lo llama para que dirija el retiro de cuaresma en el Vaticano para la Curia y en el que participa el mismo Papa. Escribió varios libros, entre los más conocidos está "En la escuela de los grandes orantes".  Durante años dirige "L'école de la foi" y da cursos de formación bíblica en varios países. Creo que ese mes de la fe que nos dirigió en el seminario de Mvolyé en Yaoundé fue uno de los últimos, pues en 1981 deja la dirección y se recluye en un monasterio en el silencio de la oración esperando su encuentro definitivo con Dios en 1999.