Una vez pasada la estación de lluvias, en los meses de diciembre a febrero, es el tiempo para reparar las chozas que se han deteriorado con los aguaceros y tormentas, cambiar el techo de paja que se ha podrido, o que ya no sirve para otra estación de lluvias, arreglar los muros de barro que se han deteriorado o incluso levantar desde los cimientos una choza nueva.
También en la misión de Gobó, después de pasar la primera estación de lluvias, tuvimos que hacer dos chozas nuevas, una que serviría de cocina y otra de sala de estar, pues tanto en la una como la otra entraba el agua como en un colador. Así que manos a la obra.
En primer lugar encargamos los ladrillos, hechos de adobe, barro y paja y secados al sol, y los trajimos en la vieja camioneta de la misión. Luego unos albañiles vecinos levantaron los muros.
Tuvimos que ir al bosque a cortar los troncos de los árboles que servirían para el techo. Después encargar la paja seca para trenzar el seko que se coloca encima de los palos para el techo, y luego otra paja especial que también va atada y que se coloca en el techo en espiral desde la parte de abajo sobre el muro hasta la parte superior haciendo el cucurucho.
"Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles..." (Sal.126).