Los bororos son un pueblo de pastores nómadas que habitan en la zona del Sahel, en Níger, Nigeria, norte del Camerún y República Centroafricana. Pertenecen a la etnia de los fulani, también llamados peul o fulbés, y la lengua es el fufuldé. Son de religión musulmana, aunque tienen creencias y ritos animistas.
Su vida es el ganado, que cuidan con esmero y afecto, conocen a cada una de sus vacas a las que le dan un nombre propio, y cuando llega la estación seca se desplazan con sus grandes rebaños de vacas en busca de pastos y agua.
Los hombres cuidan del rebaño, los llevan a pastar, los defienden contra los animales salvajes y los intentos de robo por parte de las otras tribus por donde se desplazan, planean y dirigen las rutas de la trashumancia, etc..
Las mujeres ordeñan las vacas, preparan la comida, se ocupan de la limpieza, elaboran la manteca y el queso, pues su alimento básico es la leche y sus derivados.
A veces se produce conflictos entre los fulani bororos y las otras tribus por donde pasan con sus rebaños, a causa del daño que produce el ganado a los cultivos de mijo, sorgo o maíz; o por el intento de robo de alguna cabeza de ganado por los agricultores, incluso pueden producirse algunas muertes. Ellos siempre van armados, con arcos y flechas, lanzas y cuchillos.
Estas fotografías las tomé en los propios terrenos de la misión de Gobó, entre la iglesia y el dispensario por donde desplazaron centenares de cabezas de ganado como si fuera aquello un campo abierto, en enero de 1977.
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