viernes, 17 de febrero de 2012

Pastoral social

Como escribí en mi anterior entrada sobre el mercado del algodón se producía fraude en el momento del peso de los kilos de algodón por parte de los funcionarios de la compañía que tenía el monopolio en la compra del algodón a los agricultores Museys de Gobo. Ya era una gran injusticia con los campesinos el obligarles a cultivar algodón por parte de las autoridades camerunesas, cosa que a ellos no les beneficiaba, aunque sí era bueno para la compañía Sodecoton, y para la entrada de divisas en el país; pero como al perro flaco todo se le vuelven pulgas, era ya inaceptable que encima de ponerle la empresa el precio de compra del algodón y el precio de la venta de las semillas y de los insecticidas, además les engañaran en el momento del peso, por lo que la misión católica organizó unos cursillos de formación para los miembros de la J.A.C., catequistas y agentes de la pastoral social para enseñarles a controlar el peso de las básculas y romanas.
Así que cuando llegaron los camiones de la empresa con sus básculas para el peso del algodón se encontraron que esta vez no podían engañar a los pobres agricultores analfabetos con el fraude en el peso, pues allí estuvieron siempre presente algunos agentes de la pastoral social de la misión vigilando el peso de las básculas, haciendo cuentas y controlando el pago.
Los profetas en el Antiguo Testamento ya clamaban en nombre de Dios contra el fraude en el peso, entre otros textos tenemos a Amós: "escuchad esto los que pisoteáis al pobre... achicáis la medida y aumentáis el peso, falsificáis balanzas de fraude, compráis por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias... (Am.8,5-6).

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