miércoles, 27 de mayo de 2015

El lamidó


La palabra lamidó no existe en español, proviene del fufuldé, la lengua de los fulbés o fulani del África central. En singular laamiido y en plural laamiibe, y significa jefe o caudillo, una especie de emir del mundo árabe. En el norte del Camerún existen varios lamidatos musulmanes, especies de pequeños reinos que fueron originados hace ya unos siglos con la llegada de los fulbés al norte de Camerún. Entre los más famosos históricamente y por la atracción turística que hoy ejercen están los de Rey-Bouba, Garoua, Ngaounderé, Maroua, Mokolo, Kaelé, Koza, Mindif, Bogo, Yagoua, etc...
El poder colonial se valió de esos reyezuelos musulmanes para dominar la región y someter a la población. Con la independencia, el presidente Ahidjo, que era también del norte del país y musulmán se apoyó en ellos para mantener la unidad de la nación y gobernar más fácilmente la región, favoreciendo el poder musulmán en todo el norte del Camerún a través de esos reyezuelos. Los lamidatos ejercían un poder intermedio entre la Administración civil del Estado y la población. Los lamidós tenían autoridad para resolver los problemas de justicia a nivel tradicional, ejerciendo como jueces tradicionales. En Gobó la autoridad era el jefe de cantón, digamos un segundo escalón debajo del lamidó. Cuando salía de su palacio iba acompañado por los griots, músicos con tambores, clarines y trompetas, que le abrían camino, y llamaba la atención de la gente por la comparsa que le acompañaba, además de su guardia personal, hombres armados a caballo para su defensa y protección.

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