
Hay todo tipo de personas: niños, adolescentes, adultos, mayores, pero sobre todo jóvenes, como es lo normal en las fiestas, y más si se aprovechan estas para conocer a otros jóvenes venidos de fuera y comenzar a relacionarse con ellos en vista a algún posible matrimonio.
Tanto ellos como ellas se acicalan con las mejores ropas, se ponen sus aderezos y pasean entre la multitud tratando de llamar la atención y de agradar a los que las miran con atención. Habrá piropos, palabras agradables, se pararán a hablar con algún interesado, bailarán, y admirarán a los mejores danzantes y luchadores. Y tal vez al acabar la fiesta habrá comenzado una nueva relación que terminará en un compromiso de matrimonio.