martes, 30 de septiembre de 2014

Pequeñas montañas de algodón

En plena estación seca, en las primeras semanas del año 1979, en Gobó en el extremo norte del Camerún, después de meses de trabajo en el campo, para preparar el terreno, sembrar el algodón, arrancar las malas yerbas, y recolectarlo bajo el tórrido sol africano, ha llegado el momento de llevarlo a la plaza del mercado donde llegarán los camiones de la Sodecoton, única empresa que tiene el monopolio del mercado del algodón en Camerún. Los campesinos que han recogido el algodón en sus casas, teniendo incluso que dormir en la calle por no haber sitio para ellos y el algodón, lo llevan ahora al mercado en sus canastas o cestos artesanales, participando toda la familia, desde los niños pequeños hasta los ancianos. Cada familia prepara su pequeña montaña de algodón para cuando lleguen los camiones, pesen el producto y le den unos cuantos billetes por la venta de todo un año de trabajo. Cuánta ilusión en los niños que participan del trabajo como de un juego; pero cuánta desilusión en los adultos al recibir la paga tan escasa por todo un año de trabajo, y cuántas injusticias del mercado que se aprovecha de los pobres y enriquece a los ricos. Cuando ese algodón llegue a Europa transformado en prendas de vestir y se venda en las mejores tiendas y "boutiques" ¿por cuánto se habrá multiplicado el precio pagado a los pobres agricultores cameruneses?

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Escultura africana

En uno de mis viajes por el norte del Camerún, no recuerdo exactamente en donde fue, pero sí se que era a principios del año 1979, al borde del camino vi una estatua de unos dos metros de altura, que me llamó poderosamente la atención, paré el vehículo y descendí para hacer la fotografía. No había nadie cerca de allí, ni existía por aquel lugar ninguna aldea. ¿Qué hacía allí aquella estatua? ¿Qué representaba? ¿Qué significado tenía? ¿Quién la había tallado? Varias preguntas que me hice y hasta el día de hoy no he sabido responder.
A vista de un occidental era algo artesanal y de poco valor artístico, acostumbrado como estamos a contemplar grandes obras del arte griego, románico, gótico, renacimiento, o del arte moderno. Pero también existe un arte africano y son célebres algunas piezas en bronce, esculturas de madera, máscaras, etc que incluso se exponen y hacen parte de los mejores museos de Europa. Esta estatua africana junto al borde del camino no era una original obra de arte, pero seguía los cánones de la escultura africana, era una figura antropomorfa en posición erecta, rígida, hierática, con los brazos caídos paralelos al cuerpo, de expresión severa, que transmitía un aire de rigidez y de alerta vigilante al borde del camino y yo diría también de autenticidad en medio de la desolación del paisaje.