martes, 8 de julio de 2008

Iglesia y capillas


A principios de enero de 1976 estaba de nuevo en la parroquia de Saint Paul de Yagoua. Pasados cuatro meses de mi llegada al Camerún, ya podía celebrar la Eucaristía en lengua Massá. La diócesis de Yagoua fue creada tres años antes, concretamente el 29 de enero de 1973. La ciudad de Yagoua podría tener unos treinta mil habitantes y existían dos parroquias, Santa Ana, la primera misión de Yagoua, que se convirtió en catedral; y San Pablo que se creó en esa época. La iglesia era de reciente construcción, y junto a ella estaban las casas de las misioneras Hijas del Espíritu Santo, y los edificios que constituían el obispado. A la parroquia de San Pablo le correspondía la mayor parte de la ciudad, a la que asistían los funcionarios que habían venido de otras regiones de Camerún; pero también varias aldeas cercanas a la ciudad.
En ninguna de las aldeas existían iglesias. Lo normal era hacer la catequesis, reuniones y celebraciones litúrgicas a la sombra de un gran árbol. En otras aldeas, los cristianos y catecúmenos habían construido un cobertizo para defenderse del tórrido sol africano, que utilzábamos como capilla, fabricado con los materiales propios de la sabana africana, es decir las altas yerbas trenzadas, que llamaban seko, y servía de pared, sostenido por troncos de árboles; y un techo de paja, que cuando llegaban las lluvias no servía de nada.
A la salida de Yagoua en la carretera hacia Bongor, los cristianos de esa aldea habían decidido construir una capilla mejor; las mujeres traían el agua con cubos, sacada del pozo, y los hombres mezclaban el barro con la paja seca, lo amasaban con los pies, lo pasaban por un molde de madera y lo dejaban secar al sol; así hacían miles de ladrillos de adobe, para tener su propia capilla.
Cuando la gente habla de las riquezas de las iglesias, me acuerdo yo de estas comunidades cristianas de las misiones, de su pobreza y sencillez, de sus esfuerzos y trabajos, y de las bellas celebraciones litúrgicas, vivas, alegres y llenas de fe.

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