Como he comentado en anteriores relatos, la vun tilla era la fiesta del año nuevo para los Museys, que comenzaba con la luna nueva del mes de octubre, al acabar la estación de lluvias y comenzar la estación seca, y era el momento de la recolección de la cosecha de mijo; por consiguiente época de abundancia de alimentos por los granos recolectados. Después de saludar a Mulna, el jefe tradicional de los Museys de Dom, me dirigí a donde se estaban congregando los cristianos venidos de las diferentes aldeas museys, debajo de un gran árbol, para celebrar la Eucaristía. Allí en torno a la mesa del altar, con cantos y danzas museys íbamos a celebrar el verdadero y único Sacrificio, el de Cristo que entregó su propia vida para la redención de toda la humanidad, que derramó su propia sangre para salvar también a los Museys.
En ese momento recordé que hubo fiestas paganas de la antigüedad que fueron cristianizadas, y pensé que con el paso de los años y cuando los cristianos no sean una minoría entre los Museys, la vun tilla, fiesta del año nuevo, será una fiesta cristiana de Acción de gracias a Dios por la recolección de las cosechas. Ahora 34 años después, y por relatos de misioneros de Gounoun Gaya en el Chad veo que así es.
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