El jefe del cantón de Gobó era Musey, como la gran mayoría de las personas que allí habitan, aunque también había algunos fulbés, fulanis, y los llamados "sudistas", policías o funcionarios que habían venido del sur del Camerún. La mayoría de los museys eran paganos, o seguían las religiones tradicionales; otros eran cristianos o se habían hecho musulmanes. Entre estos últimos estaba el jefe de cantón, presionado por sus jefes superiores de la Administración civil, pues si no lo hacía le darían el cargo a otra persona. Así Bulumma se convirtió en Ali Mohamed, que a su vez hizo que sus mujeres e hijos se hiciesen musulmanes y gran parte de sus allegados. Ganó prestigio a los ojos de la Administración, pero lo perdió ante su pueblo musey. El día del sacrificio del cordero montando un corcel blanco, bellamente engalanado, y mostrando la vara de mando, cabalgaba orgulloso detrás del imán, acompañado por los "griot" y súbditos, recibiendo con complacencia el sobrenombre de "alhadji" por haber ido a la Meca.
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