lunes, 12 de enero de 2009

Los depósitos de agua

Cuando llegué en 1976 a la misión de Gobó en el norte de Camerún, en una región seca del Sahel, zona subsahariana, donde son escasas las lluvias, y donde no cae una gota de agua durante ocho meses, desde octubre hasta mayo, me encontré con este sistema de depósitos y de instalación de tuberías para tener agua en el dispensario, casa parroquial, casas de las hermanas y demás dependencias de la misión. Como podemos ver en la fotografía, en las misiones hay falta de medios económicos y de recursos adecuados, pero no hay falta de ingenio. El P. Jean Savoie había hecho un pozo en el centro del terreno de la misión, a media distancia entre el dispensario y las casitas de las monjas, y muy cerca de un hermoso árbol. Todas las mañanas y todas las tardes el joven Diputé sacaba el agua del pozo, que tenía una profundidad de 18 metros, cubo a cubo, luego llevaba el agua a una carretilla donde los vaciaba, después con una bomba manual hacía subir ese agua a los dos bidones de 200 litros cada uno que estaban colocados en lo alto del árbol, y ya desde allí el agua bajaba por las tuberías hasta el dispensario y demás dependencias de la misión. Que pobre y rudimentario nos parece ese sistema viéndolo desde aquí, donde todo el mundo tiene el agua corriente en sus casas; con solo abrir el grifo tenemos agua abundante, bien tratada, caliente y fría, agua en el cuarto de baño, agua para la lavadora, el lavavajillas, el fregadero, el garaje, el jardín y algunos hasta la piscina particular. Allí en Gobó nosotros éramos unos privilegiados pues nadie tenía agua en sus casitas, o mejor en sus chozas. Las mujeres tenían que ir todos los días a sacar el agua del pozo más cercano para tener unos cántaros de agua para beber, hacer la comida y para el aseo personal. Cuando iban al dispensario y veían los depósitos de agua sobre el árbol se morían de envidia.

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