martes, 2 de diciembre de 2008

La consulta médica

En el dispensario de la misión de Gobó, además de las religiosas canadienses y de la enfermera francesa, trabajaban también otros enfermeros de la región que habían sido formados allí mismo por las misioneras. Además tenían que hacer de intérpretes, puesto que ni Lilianne, la enfermera francesa, ni las religiosas habían aprendido la lengua Musey, y por otra parte sólo un número muy reducido de personas hablaba el francés, la lengua oficial del Camerún. Todos los días había un grupo muy numeroso de personas que venían al dispensario para consultas médicas y tratamientos adecuados a su enfermedad. Sobre todo, mamás gestantes, o ya con sus bebés, que tenían que pasar consulta, tratar las diversas enfermedades, seguir los tratamientos de vacunación, ir a por las medicinas, sobre todo la nivaquina para la malaria, enfermedad endémica en la región y en gran parte de los países africanos. Algunas veces llegaban con niños desnutridos, con el vientre hinchado a causa de la carencia de alimentos, especialmente en la estación de lluvias, pues el mijo se acababa en los graneros y todavía no se había recolectado la nueva cosecha de mijo, el alimento base de la sabana africana. En el dispensario de la misión se trataba a toda la gente por igual, tanto a los cristianos, como a los musulmanes o a los paganos. Cosa que no sucedía en otras instancias de la administración pública, pues había un claro favoritismo por los musulmanes y como medio de presión a que los otros se hicieran también musulmanes.

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